MUNICIÓN ANTIBLINDAJE
Los blindados son bastante resistentes a los tipos convencionales de munición artillera, y se han desarrollado una serie de proyectiles especiales para sus propios cañones o para la artillería convencional con el fin de destruirlos.
La munición perforante más primitiva aparece en las Armadas, ya que los buques de guerra fueron los primeros en acorazarse. A un calibre más reducido se adapta en el periodo de entreguerras para la lucha antitanque. Son proyectiles troncónicos de acero con tratamientos especiales que le dan una dureza adicional y que son completamente macizos o lo son en sus 2/3 partes. La eficacia se multiplica si se pone una espoleta en la base del proyectil, con una carga explosiva de alto poder, de forma que cuando el cuerpo macizo atraviesa el blindaje, la base explosiona por la energía cinética acumulada, destruyendo el interior del blindado.
El incremento del grosor de los blindajes y el uso de blindajes en ángulo anulan en gran parte las capacidades de esta munición. Poco antes de la Segunda Guerra Mundial se comienzan a desarrollar soluciones para el problema. Una primera solución es montar sobre la punta perforante una punta prácticamente chata de un material incapaz de perforar el blindaje, como plástico, aluminio e incluso madera. Al tocar una plancha en ángulo, la punta falsa se desintegraba, pero hacía que el proyectil encarara con la punta buena el blindaje.
Mejorando estas ideas se descubrieron las posibilidades de la munición subcalibre o APDS (Armor Piercing Discarding Sabot). Este tipo de munición, que se sigue empleando hoy en día, se fabrica insertando un núcleo estrecho y largo de un material muy duro, en su día aceros especiales y actualmente carburo de tungsteno o uranio empobrecido, en un proyectil de material más "blando" (aluminio o similar), con un tercio aproximado del calibre del cañón para el núcleo del proyectil. Se requiere el uso de un cañón capaz de dar una gran velocidad al proyectil, 1000 m/s o más. Al impactar con el blindaje, se desintegra la punta blanda y la punta larga y estrecha impacta en la coraza, empujada por el resto de la envoltura, que por efecto de la energía cinética literalmente se estampa contra el blindaje. El proceso genera un calor intensísimo que derrite el blindaje en ese punto y hace penetrar el núcleo a altísima temperatura en el interior, proyectando por todo el habitáculo fragmentos del blindaje y del propio núcleo desintegrado.
Aunque se sigue usando la munición APDS de forma parecida a la original, tiene ya un descendiente que la supera, la munición APFSDS (Armor Piercing Fin Stabilized Discarding Sabot) ideada en los años cincuenta. Consiste en un cilindro largo y estrecho (como un dardo), realizado en aleación de tungsteno o uranio empobrecido, con una serie de aletas estabilizadoras y terminado en punta, que va en el interior de un cuerpo de aluminio con la forma de proyectil convencional. Es disparado por el cañón de los tanques a una velocidad entre 1200 y 1700 m/s, y a una distancia determinada, la envoltura se desprende quedando el núcleo estabilizado por las aletas. Al tocar el blindaje, se concentra en una superficie de poquísimos centímetros cuadrados la energía equivalente al impacto de un camión de varias toneladas a gran velocidad. El blindaje se aplasta en la zona y se derrite, generando en el interior una lluvia de material incandescente y fragmentos que aniquila a la tripulación.
Por último quedan los proyectiles HEAT (High Explosive Anti Tank) que se utilizan también en misiles contracarro, ya que la velocidad y energía de impacto es intrascendente para su efectividad. Empezaron a emplearse en la Segunda Guerra Mundial. Exteriormente pueden parecer iguales a un proyectil artillero convencional, pero en el interior disponen de un fino cono metálico, cuya base está en la base de la punta del proyectil y la punta del cono en la base del proyectil, al igual que la espoleta. El espacio entre el cono y las paredes del proyectil está relleno con explosivo de alto poder. Al tocar la punta del proyectil contra el blindaje, se detona la carga, generando por el cono un chorro de gases a temperaturas de miles de grados, que derrite y desintegra el blindaje en el punto y penetra en el tanque, generando una elevadísima presión en su interior y una lluvia de fragmentos, que mata o provoca gravísimos traumas a la tripulación.
La munición subcalibre es relativamente inofensiva contra vehículos ligeros o no blindados, puesto que se limita a atravesarlos de parte a parte. Si el vehículo blindado tiene una parte del habitáculo en contacto directo con el exterior, la munición HEAT pierde gran parte de su efectividad.
Jesús Rubio
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