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martes, 22 de mayo de 2012

Nanopartículas de plata para mejorar pilas de dispositivos médicos implantables


En un laboratorio de la Universidad en Buffalo (Universidad Estatal de Nueva York), un equipo de expertos está diseñando nanopartículas de plata para ayudar a mantener firmes y estables los latidos del corazón. Estas nanopartículas son parte de una nueva familia de materiales sobre la que se está trabajando en el laboratorio de la investigadora Esther Takeuchi.
Takeuchi desarrolló una pila que tuvo un papel decisivo en hacer viables para su uso práctico los desfibriladores cardíacos implantables a finales de la década de 1980. Esos desfibriladores hacen que el corazón recupere su ritmo normal cuando cae en estado de fibrilación.
Veinte años después de aquel avance, y con más de 300.000 de estas unidades siendo implantadas cada año, la mayoría de ellas están alimentadas por el sistema de pilas diseñado y mejorado por Takeuchi y su equipo. Por este trabajo, a Takeuchi se le han concedido más de 140 patentes, una cantidad que, según se cree, es superior a la ostentada por cualquier otra mujer en la historia de Estados Unidos. El pasado otoño, ella fue una de las cuatro personas galardonadas en una ceremonia en la Casa Blanca con la Medalla Nacional de la Tecnología y la Innovación.
Por regla general, hoy en día las pilas de los desfibriladores cardíacos implantables duran entre cinco y siete años. Pero ella y su esposo y colega de investigaciones, Kenneth Takeuchi, junto a Amy Marschilok, están explorando sistemas de baterías aún mejores.
A raíz de los avances más recientes logrados en el laboratorio, cabe esperar un futuro en el que nuevas y mejores pilas para aplicaciones biomédicas puedan, de una manera práctica, revolucionar los tratamientos para algunas de las enfermedades más persistentes, gracias a hacer posibles dispositivos que puedan ser implantados en el cerebro para tratar derrames cerebrales y enfermedades mentales varias, en la columna vertebral para tratar el dolor crónico, o en el sistema del nervio vagal para tratar migrañas, la ansiedad, e incluso la obesidad y la enfermedad de Alzheimer.
VÍCTOR LÓPEZ GARCÍA

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