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sábado, 10 de marzo de 2012

CARBONO POR LOS AIRES


La fibra de carbono va al cielo. Y no precisamente porque se trate de un material de construcción especialmente religioso. Es algo tan prosaico como que en el sector de la aeronáutica su uso se ha convertido en los últimos años en estratégico y obligatorio, en términos tecnológicos y económicos. Tanto es así, que la fibra de carbono es un compuesto esencial en la fabricación de los dos últimos aviones de las principales compañías aeronáuticas del mundo: el A-380, de la europea Airbus, y el 787, de la estadounidense Boeing.
El uso de materiales compuestos en los aeroplanos se remonta a los años setenta. En esa década, Boeing comenzó a emplear la fibra de carbono en su modelo 747. Tan sólo se trataba del 1% de los materiales utilizados, siendo la gran mayoría aluminio, acero y titanio. Con los modelos 757 y 767, el porcentaje aumentó hasta el 3%. Con el 787, dicha proporción representará el 50% de la estructura del avión.


La elección del carbono como elemento dominante en los futuros aparatos de Boeing y Airbus tiene que ver con varios factores. En primer lugar, los materiales compuestos son más ligeros, los aparatos pesan menos y necesitan una menor cantidad de combustible; además, al tener menos masa, el aeroplano paga menos tarifas aeroportuarias, ya que éstas se basan en el peso de los aviones. La ductilidad del carbono, por lo demás, permite construir mayores piezas y, por consiguiente, estructuras más grandes.
Aproximadamente una cuarta parte del avión gigante de Airbus, el A-380, se construye en fibra de carbono. El aparato es todo un hito en la historia de la aeronáutica. Puede acoger en su interior hasta un máximo de 800 personas, dispone de ascensores, sauna, gimnasio, guardería… “El nuevo Airbus tiene capacidad para un 35% más de asientos, ofreciendo un 50% más de espacio, con un 24% de mantenimiento”, explica el ingeniero aeronáutico de la compañía Amable Liñán. “Produce un 50% menos de ruido a su alrededor y menos emisiones de CO2 y de óxido nitroso en vuelo”, subraya Liñán, haciendo énfasis en las virtudes ecológicas del aeroplano.



La utilización de la fibra de carbono en el aparato del consorcio europeo tiene mucho que ver con toda esta lista de propiedades y ventajas medioambientales relacionadas con el A-380. La fibra de vidrio pesa menos y contribuye al ahorro de energía, es más dúctil y puede ser empleada con mayor versatilidad y, al pesar menos, con ella se pueden construir mayores piezas. Es un material más caro que el aluminio, pero su uso, a medio plazo, resulta más económico en términos de menos mantenimiento y menor cantidad de combustible consumida. Las fabricas que la compañía tiene en España juegan, además, un rol capital en la fabricación de las piezas elaboradas de compuestos de fibra de carbono.



VÍCTOR LÓPEZ GARCÍA



1 comentario:

  1. es increíble como el hombre ha sido capaz de hacer que el ser humano pueda viajar en un transporte como los aviones y hacerlo de tal manera para que sea lo mas resistente y duradero posible y con algo tan aparentemente insignificante como el carbono.
    Raquel Naranjo

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